lunes, 12 de mayo de 2008

desde la Hiniesta con Amor

Cuando eran las 4 de la tarde de un lunes cualquiera en Indiana, una llamada inesperada puso un color diferente para el resto de la semana. Mis hermanos de la Concha, que me llamaban para que estuviera con ellos en Zamora, cuando el Pendón asomaba por la calle de la Feria, en un lunes muy especial, que siempre será fiesta de guardar en mi corazón pero no siempre y por desgracia en mi calendario.

Y estuve en Zamora, con los pies llenos de polvo y la garganta reseca, por unos minutos.

Gracias de todo corazón, Victor, Alberto, Jaime...

3 comentarios:

Víctor L. Gómez dijo...

Grcias a tí Antonio, por ser estar siempr ejunto a nosotros cada Lunes de Pentecostes.

Ayer era un dia grande para nuestro corazon y queriamos que estuvieras presente.

Por cierto: Hice toda la romeria con la camiseta de : SOMOS AZULES!!!

Ana Pedrero dijo...

Yo besé los pies del Niño dos veces: una por mí y otra por vos. Fue mi pequeña aportación a tu ausencia.
Besicos.

Lucano dijo...

Paso todas las mañanas por la calle de la Hiniesta, camino del centro de salud. El año que viene espero seguir más allá no una mañana cualquiera, sino la del Lunes de Pentecostés.

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