Hubo un camino. No se veia ni el principio ni el final, solo el momento, la accion tras la inaccion, activa para todos los demas.
Hubo alguien. Unas manos pequeñas dieron un empujon. Salto a la vida. La nueva vida. Solo alguien que ama con los ojos cerrados puede empujar hacia lo nuevo y lo bueno aun a riesgo de perder. Sus manos pequeñas lo hicieron. Lo hicieron sus palabras serias y precisas.
Maletas naranja y limon para recorrer una escalera mecanica. Colas, numeros, queroseno y plastico rodeando la comida.
Asientos sin dueño que ha volado sobre el mar cargando con sueños, duelos, negocios, amor, esperanzas, vacaciones, aburrimiento, peliculas y cafe aguado. Telas recias como algunos caracteres a base de espera silenciosa. Triste, rapidamente abandonados despues de tres, cuatro o diez horas, con mala cara y peor aliento.
Hubo mas asientos, mas ruedas, mas escaleras, letreros pasillos y chalecos.
Y por fin hubo un momento en que en un asiento su cabeza paro y en el reflejo de la ventanilla, le parecio ver las manos pequeñas, con sus grandes ojos encima, pero sin palabras.
Y por las alas AA rodaron lagrimas plateadas recordando los ojos, las manos y las palabras
